Hablar de cantera, es hablar por una pasión, y como no podía ser de otra manera que hablar de un alcalareño que lleva una larga trayectoria deportiva formando parte del área de cantera del Real Betis Balompié de la que forma parte desde hace dos décadas, pasando desde entrenador en varias categorías hasta llegar a la zona noble de la entidad. Siempre con un buen sello de calidad, y sobre todo ejerciendo su labor callada.  

Alcalá de Guadaíra puede presumir de todo un cazatalento, una persona que cuenta con un buen currículo deportivo, que pone mirada seria en todo momento y refleja una capacidad de trabajo que a día de hoy, se puede considerar como uno de los artífices de muchos jugadores canteranos que han dado el salto al primer equipo de la entidad verdiblanca.  

Gustavo Sánchez, es un gran cazatalento, todo un figura dentro del área deportiva de la cantera, quien por trabajo, dedicación y esfuerzos, bien merece una mención. Llegó al Real Betis en el 2004 y atesora dos décadas de experiencia en el club, síntoma inequívoco de por qué es la persona que mejor conocimiento puede tener de la cantera. Tras pasar por varias categorías y equipos, en la actualidad ejerce como coordinador de fútbol 11, siendo su labor muy decisiva para lograr el mejor rendimiento de los jugadores y la acogida en todo momento por el club, desde los entrenamientos hasta la coordinación de las residencias y estudios de los jugadores.  

A lo largo de su trayectoria deportiva ha comprobado el crecimiento de grandes jugadores como Loren Morón o Aitor Ruibal, además de ser partícipe de grandes incorporaciones al club, junto con su compañero Carlos Jiménez. Jugadores como Assane Diao, Yanis, Sorroche, Raúl García de Haro o el alcalareño Jesús Rodríguez, al que desde muy pequeño y por ser de Alcalá de Guadaíra, lo siguió en su etapa en el CD Atco. Oromana.  

A Gustavo Sánchez, no le gusta ser el foco de atención, por lo que siempre ha querido cumplir con su trabajo desde un segundo plano. Uno de esos valores, que se dice, que le gusta pasar desapercibido. Constancia, dedicación, kilómetros y compromiso familiar, puede ser su mejor ADN para seguir captando a futuras promesas del fútbol español.